Museo circulante S. XXI
Las Misiones Pedagógicas fueron creadas en 1931 con el propósito de llevar animación cultural y estímulos de belleza a los pueblos y aldeas más remotas de la España rural. A través de ellas, se difundieron libros, cine, teatro, música y un museo circulante con copias de cuadros representativos del Museo del Prado. Ramón Gaya fue uno de los copistas y responsables que acompañó al Museo en su recorrido por toda España, permitiendo que miles de personas disfrutaran de aquel Museo Ambulante.
Casi un siglo después, el Museo Ramón Gaya de Murcia retoma ese legado con la intención de acercar nuevamente su obra a nuevos espacios, viajando a aquellos lugares donde pueda ser acogida. Un homenaje a uno de los protagonistas de esta historia, una de las más luminosas y solidarias de nuestro país.
A continuación, se presentan las exposiciones actualmente en marcha dentro del Museo Circulante Siglo XXI, un proyecto que sigue expandiendo la enseñanza y el arte de Ramón Gaya en distintas instituciones y ciudades.
- RAMÓN GAYA Y LA UNIVERSIDAD
- RAMÓN GAYA. ANTOLOGÍA (1919-2005)
- RAMÓN GAYA. DE PINTOR A PINTOR
- RAMÓN GAYA 'VELÁZQUEZ, PÁJARO SOLITARIO'
- UN PINTOR QUE ESCRIBE - BRMU
RAMÓN GAYA Y LA UNIVERSIDAD | Hasta el 26 de febrero de 2025
El Museo Circulante Siglo XXI, una iniciativa del Museo Ramón Gaya, continúa su apasionante recorrido. Su actual parada es la sala Black Box de La Convalecencia, en la Universidad de Murcia (UMU), donde se exhibe una exposición dedicada al vínculo entre Ramón Gaya y el mundo universitario.
Esta muestra destaca la relación de Gaya con diversas instituciones académicas, a pesar de que él nunca cursó estudios universitarios. Su obra y pensamiento han sido objeto de importantes investigaciones, como la tesis realizada por Miriam Moreno en la Universidad Complutense, el homenaje en su centenario en la Facultad de Filosofía de la misma universidad o su inolvidable charla en la Facultad de Bellas Artes de Barcelona, que quedó plasmada en una publicación.
Sin embargo, el eje central de la exposición es su estrecha relación con la Universidad de Murcia, una institución que custodia varias de sus obras: dos retratos de rectores (José Antonio Lozano y Juan Roca) y un autorretrato que Gaya donó en 1999 con motivo de su investidura como Doctor Honoris Causa.
La exposición, comisariada por Rafael Fuster (Museo Ramón Gaya) y Marta Miranda (UMU), se estructura en diferentes secciones. En primer lugar, se exhiben las obras de Ramón Gaya pertenecientes a la Universidad de Murcia, complementadas con piezas prestadas por el Museo Ramón Gaya.
Además, hay un espacio dedicado a las publicaciones e investigaciones realizadas en distintas universidades sobre su legado, junto con objetos personales del artista.
La muestra concluye con una serie de fotografías de María Manzanera que inmortalizan el 16 de abril de 1999, fecha en que Gaya fue distinguido por la Universidad de Murcia en una ceremonia presidida por el entonces rector José Ballesta.
Inspirada en la vocación educativa y el arraigo cultural de las Misiones Pedagógicas, esta exposición refleja la esencia universal de la enseñanza y el arte. Con esta colaboración, tanto el Museo Ramón Gaya del Ayuntamiento de Murcia como la Universidad de Murcia reafirman su compromiso con la difusión del conocimiento, siguiendo el claro y luminoso ejemplo de Ramón Gaya.
Ramón Gaya. Antología (1910-2005) | Universidad Popular de Mazarrón | Museo Circulante Siglo XXI | Hasta el 31/01/25
La Universidad Popular de Mazarrón fue uno de los destinos del Museo Circulante Siglo XXI, el proyecto del Museo Ramón Gaya inspirado en las Misiones Pedagógicas. En esta ocasión, la gran exposición, titulada Antología, ofreció un recorrido integral por la obra de Ramón Gaya, estructurándola en cuatro grandes etapas: juventud, exilio, regreso a Europa y madurez.
De esta manera, el público pudo adentrarse en la trayectoria de una de las personalidades más originales del arte español del siglo XX, explorando su evolución artística a lo largo del tiempo.

El Museo Circulante Siglo XXI presentó una nueva exposición en el Museo Barón de Benifayó, donde se pudo disfrutar de una cuidada selección de obras originales del pintor. La muestra, comisariada por el director del Museo, Rafael Fuster, incluyó algunos de sus característicos homenajes a la pintura, una serie de tributos que surgieron en México, cuando el artista se sintió distanciado de los grandes maestros del pasado. Esa ausencia de pintura lo llevó a llenar su estudio de reproducciones y postales, sintiendo entonces la necesidad de rendir homenaje a esas figuras esenciales. «No podemos dar un paso verdadero sin contar con todo eso, que no es el pasado sino el presente, porque son cosas vivas», afirmó el pintor.
Un total de quince pinturas del Museo Ramón Gaya fueron expuestas en el Museo de San Pedro; obras que rendían tributo a ese «río continuo que es la pintura, un hilo que no se puede romper».
Los artistas homenajeados incluyeron a Pedro Serna, quien, según Ramón Gaya, poseía las cualidades esenciales de un pintor, alguien que comprendía lo que veía al mirar; Van Gogh, uno de sus artistas predilectos, de quien decía que «tenía una fuerza similar a la de Picasso, una fuerza incontenible, es un hombre expresivo, tiene que hablar, tiene que decir; percibe la naturaleza y la recibe, y tiene que dársela a los otros, a los demás»; el murciano Joaquín, con su ‘cabeza dormida’, que Gaya consideraba «lo mejor que se ha pintado en Murcia desde el cuadrito de Sobejano ‘Mientras rule no es chamba’»; Murillo, a quien Gaya situaba en un lugar destacado: «El segundo gran pintor español no es Goya, sino Murillo»; Velázquez, quien despertó en él una admiración y entusiasmo sin precedentes, siendo el artista al que más homenajeó a lo largo de su vida, llegando a pintar cientos de tributos e incluso a escribir ensayos como Velázquez, pájaro solitario, libro que el poeta Eloy Sánchez Rosillo calificó como «el mejor y más profundo que se haya escrito sobre Velázquez»; Rembrandt, a quien consideraba «elegido por la pintura»; Eduardo Rosales, de quien decía que «era el último gran pintor de envergadura antigua, de una envergadura que ha desaparecido, porque ahora somos anémicos, somos míseros; la pintura española de envergadura termina en Rosales»; Picasso, a quien veía como un creador excepcional que «sabía trascender todos los valores plásticos y darle al cuadro una vida real»; y Tiziano, uno de sus referentes más constantes, a quien homenajeó repetidamente: «yo no repito, insisto», escribía Gaya.
Como broche final, la exposición incluyó un autorretrato del pintor murciano, cerrando así este diálogo ‘de pintor a pintor’.
La muestra estuvo acompañada por fotografías emblemáticas del artista, como aquella en la que se le veía recogiendo el Premio Velázquez de Artes Plásticas, además de carteles, objetos personales y publicaciones (catálogos y libros). Se pudo visitar hasta el 6 de enero de 2025, sirviendo como una parada en el recorrido del Museo Circulante Siglo XXI antes de su siguiente destino: la Universidad Popular de Mazarrón, donde presentó la muestra Antología.
RAMÓN GAYA ‘VELÁZQUEZ, PÁJARO SOLITARIO’
Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela
Ramón Gaya exploró con intensidad la obra de Velázquez, tanto en su pintura como en sus escritos. El título de esta exposición se tomó de uno de sus ensayos más lúcidos, y en ella se reunió una selección de obras que rindieron tributo al pintor sevillano; homenajes nacidos durante su exilio en México, cuando Gaya sentía nostalgia por los grandes maestros del pasado. Algunas de estas obras fueron pintadas en el propio Museo del Prado, al igual que lo hiciera en la época de las Misiones Pedagógicas.
Entre todas, cobró especial significado la dedicada al Velázquez de Orihuela, una pieza clave del Museo de Arte Sacro.
«Velázquez nos ofrece el mundo, pero el mundo de nuevo. Las cosas pintadas por él vienen hacia nosotros, se nos acercan, pero como fieras domadas dóciles ya, a besarnos. Velázquez las amansó con su mano. Le ha quitado a la realidad toda la crudeza, todo lo que tiene de duro, de áspero, de enemigo nuestro, de hiriente. Es como debió ser el mundo un día. Todas las cosas han sido acariciadas por él y convertidas en cuerpos nobles. Nos da el mundo de nuevo, pero sin falsearlo». — Ramón Gaya
Esta exposición formó parte del Museo Circulante Siglo XXI, una iniciativa que, casi un siglo después de la creación de las Misiones Pedagógicas, llevó la obra de Ramón Gaya a diversos lugares donde pudiera ser acogida, rindiendo homenaje a uno de los protagonistas de esta historia, una de las más luminosas y solidarias de nuestro país.
Las Misiones Pedagógicas, creadas en 1931, tuvieron como propósito llevar animación cultural y estímulos de belleza a los pueblos y aldeas remotas de la España rural. A través de ellas se distribuyeron libros, cine, teatro, música y un museo circulante con copias de cuadros representativos del Museo del Prado. Ramón Gaya fue uno de los copistas y responsables que acompañó este Museo Ambulante en su recorrido por toda España, permitiendo que miles de personas disfrutaran de él.
Este ilusionante proyecto, que tuvo su inicio en la Biblioteca Regional de Murcia, viajó en esta ocasión al Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela, un enclave único que alberga la que es considerada la obra más importante de la Comunidad Valenciana: La tentación de Santo Tomás, de Velázquez.

Así se desarrolló un proyecto ilusionante cuya primera fase, tras su paso por la Biblioteca Regional de Murcia (BRMU), llevó este museo portátil a diversos destinos, entre ellos el Museo Barón de Benifayó en San Pedro del Pinatar; la Universidad Popular de Mazarrón; el Colegio Cierva Peñafiel, donde estudió Ramón Gaya; la Convalecencia de la Universidad de Murcia, en la sala Black Box; el Museo Casa Azorín en Monóvar; la Casa Museo Miguel Hernández y el Museo Diocesano de Arte Sacro de Orihuela.
En cada uno de estos lugares, el Museo Ramón Gaya llevó a cabo una donación de libros y catálogos seleccionados, reforzando así su compromiso con la difusión del arte y la cultura.
